“El Discípulo tiene dos caminos por seguir. El primero es de un orden jerárquico e implica el servicio al Plan con todas las responsabilidades que eso significa. El  segundo es de un orden más natural y de menor exigencia. El primero es el camino donde se forjan las grandes almas y el segundo, donde estas se reconcilian con sus verdaderas naturalezas.

Tener conciencia de los dos caminos evita muchos sinsabores. En el primero prevalece el enrolamiento jerárquico, en el segundo se sirve  la vida".